¿Por qué disfrazarse?
Disfrazarse no es sólo cosa de niños, salir de la rutina diaria y disfrazarte puede aportarte grandes beneficios.
Interpretar un personaje sólo por unas horas aumenta nuestra creatividad, nos ayuda a exteriorizar nuestros sentimientos y nos da una cierta libertad para un cambio de rol que diariamente estamos controlando debido a nuestra posición o pensamientos. Supone dedicarnos tiempo a nosotros mismos, es una oportunidad más para socializarnos con otras personas debido a que el disfraz suele estar asociado a alguna fiesta o planes de grupo y, muy importante, la finalidad principal es divertirse. El buen humor y reírse genera endorfinas, reduce el dolor y se relativizan los problemas. Mejora nuestra autoestima y fortalece nuestra personalidad.
Disfrazarse aumenta nuestra complicidad con nuestra pareja, con los amigos, y sobre todo, beneficiamos a los más pequeños de la casa. Para los niños además les ayuda en su desarrollo y hace de esto un juego divertido y pedagógico.
Los niños y niñas suelen imitar actividades de los adultos y cuando se disfrazan suelen pensar en ese sentido. En ese juego expresan sus miedos y modifican la realidad de acuerdo a sus fantasías, aprenden a negociar y resolver sus conflictos.
En la fiesta de Halloween no todo es miedo y terror, y los niños disfrutan de esta fiesta de disfraces con sus amigos y sobre todo cuando se celebra en familia. En definitiva, los disfraces de Halloween a los niños les ayudan a superar sus miedos porque ven a otros niños representando multitud de personajes.
Saca el niño o niña que llevas dentro, y si puedes compartirlo con los más pequeños, déjalos elegir qué es lo que ellos quieren hacer, lo mejor es no forzar ni presionar en nada. Si además de disfrazarte, compartes sus gustos y participáis juntos, la diversión y el entretenimiento están asegurados.
Feliz Halloween!